lunes, 7 de julio de 2014

Una historia amorosa (para variar un poco)

Había una vez un joven, Manuel, que, durante un curso de inglés, conoció a otra joven, Elena. Era unos pocos años más pequeña que él. El caso es que el joven muchacho sentía que tenía en común muchas cosas con la chica. Eran iguales en personalidad. Elena parecía haberle gustado el chico ya que lo trataba especialmente bien y amigablemente.
Después del curso siguieron en contacto, y así durante un tiempo. Se volvieron a ver en otros cursos (que casualidad) y siguieron congeniando. Manuel, aun así, que era una especie de novato en temas amorosos, sentía algo por ella. Igualmente tenia la necesidad inexplicable de disimularlo. Una parte de él decía que la chica también sentía algo por él, y otra parte decía que no. Con tal de disimularlo  trató de hacer ver a Elena que no había conexión entre ambos, pero también con tal de impresionarla la hacía ver que tenían más cosas en común de las que ya tenían normalmente.
Eso fue un error, pues Elena hizo lo mismo. Pero lo hizo muy real, y el chico llegó a pensar que la parte de él que pensaba que Elena no sentía nada por él tenia razón. La cosa culminó cuando Elena obtuvo un novio, y Manuel se quedó con un vacío en el corazón. No lo tenía roto pues nunca había llegado a aceptar interiormente que estaba enamorado de Elena, pero sí lo tenía de algún modo parecido.
Entonces apareció otra chica, Laura. Ésta ya la conocía Manuel antes: iba a su colegio y era guapa y lista. También era diferente a Elena pues no tenía tantas cosas en común con Manuel. Éste siempre la había visto como a un objetivo demasiado difícil de conseguir y tampoco había sentido nada por ella. De hecho, cuando le preguntaban siempre afirmaba no querer nada con ella.
Pero un buen día de un modo impreciso Laura denotó cierto interés en Manuel. En forma de juego Laura le propuso un acto amoroso, pero Manuel en medio de la confusión se negó, posiblemente porque aun no había olvidado a Elena.
Aun así, después de aquel día Manuel miraba a Laura de otra forma. Aun recordaba a Elena, pero igualmente empezó a tener sentimientos por Laura.
El hecho de haberse negado a Laura fue un tanto provechoso por Manuel. Al ser una chica guapa, Laura tenia bastante ego y al proponerse delante de Manuel, esperaba que éste aceptase indudablemente al igual que todos los chicos del montón. Pero Manuel se negó, y esto hizo que Laura se fijase en él.
Laura entonces sentía una curiosa necesidad de demostrar que podía conseguir el "sí" a Manuel. Poco a poco, el "no" de Manuel despertó el interés en Laura, un interés parecido al amor.
Manuel no sabía este hecho, hasta que un día, por la calle, se encontraron por casualidad. Delante de la sorpresa de Manuel, Laura le besó a los labios. Eso hizo que Manuel tuviera aun más sentimientos por ella.
Durante los meses siguientes la relación entre Laura y Manuel no mejoró. Eran buenos amigos pero nada más. En lugar de eso, poco a poco se distanciaron y pareció que aquel beso no se repetiría.
Manuel poco a poco fue teniendo menos sentimientos hacia Laura, aunque éstos le habían ayudado a olvidar a Elena. La relación amistosa entre ambas le hizo ver a Manuel que no había necesidad de tener un compromiso amoroso con ellas, ya que con la condición de amigos estaba mucho mejor.
FIN

No todas las historias tienen que ser de acción. Ya habrán de ésas, pero procuro escribir sobre casi todos los temas y para todos los gustos. Espero que la habéis disfrutado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario